RECOMENDACIONES PARA TODOS LOS ESTUDIANTES

viernes, 17 de junio de 2011

RECOMENDACIONES




NOTA: DEBES SUSCRIBIRTE  A ESTE  BLOG Y HACERTE SEGUIDOR  EN EL BLOG EL QUINTO GADGET A LA DERECHA.

1.  Cuando envies al correo : profcastro2011@hotmail.com.  cualquier información asegurate de escribir tu grado y tu nombre completo.

2.Organiza tu tiempo para adelantar las actividades académicas.  En clase se socializa, se profundiza y se guía  en las diferentes temáticas de trabajo.

3. ES IMPORTANTE LEER EL SIGUIENTE ARTÍCULO: http://www.estudiantes.info/tecnicas_de_estudio/planes_horarios.htm.




ACTIVIDADES PARA VACACIONES - GRADO 11°

ACTIVIDADES PARA VACACIONES  - GRADO 11° - ÉTICA Y VALORES


1. Enviar  a : profcastro2011@hotmail.com UN CUADRO COMPARATIVO  de los conceptos y características  entre sentimientos y emociones. antes  de las 12: 00  M.  del  viernes 24 de Junio . Individual

2.  Diseña ó  edita una imagen en la cual invites a tus compañeros hacer buen uso  de los sentimientos y emociones. antes de las 12: 00 M. del  jueves 30 de Junio .Individual - Enviar a : profcastro2011@hotmail.com

3. Desarrolla un una presentación power point en la cual se exprese la importancia de vivir responsablemente la sexualidad.antes de las 12: 00 M. del  Viernes 8 de Julio. En grupo de 4 - Enviar a : profcastro2011@hotmail.com

4. visita las siguientes páginas: http://www.canalrcnmsn.com/programas/mano_limpia_decisiones
http://www.canalrcnmsn.com/noticias/preguntas_y_respuestas_sobre_relaciones_de_pareja  y reflexiona  porque es importante  ser responsables con nuestra sexualidad.  Después  selecciona en youtube 1 video en donde se aborde el tema de la sexualidad  responsable ( de forma) seria. Envia el enlace a : profcastro2011@hotmail.com.  antes de las 12: 00 M. del  Miércoles 15  de Julio

GRADO 10° A Y B - MATERIAL FINAL - RELIGIÓN / SEGUNDO PERÍODO

viernes, 3 de junio de 2011


RELACIONES JUDEO CRISTIANAS

Judaísmo y cristianismo:una tensión creativa

Alan Davies

Imagen de Jesucristo  Leyendo un pasaje de la TaNaK en un Sinagoga Judía del Siglo I.


Hay varias razones para este carácter especial. La primera es histórica: el cristianismo ingresó a la historia como una secta mesiánica judía de lo que ahora denominamos el primer siglo de la Era Común. Era uno de los diversos "judaísmos" de la antigüedad (fue un erudito judío, Samuel Sandmel, quien me enseñó a no usar nunca "judaísmo" en singular, al hablar del mundo antiguo). La palabra "secta" es levemente peligrosa por sus connotaciones peyorativas; tal vez deberíamos decir en su lugar "partido religioso". El cristianismo, que se llamó cristianismo después de que los primeros enemigos del movimiento de Antioquía acuñaron el término "cristiano" con sentido despectivo, no era, como se suele decir, hijo del judaísmo, sino una de sus mutaciones; el judaísmo rabínico, que nació más o menos en la misma época, fue otra mutación. En realidad, como escribió otro estudioso judío (Alan Segal),1  se puede hablar de un "nacimiento de mellizos", de dos nuevos judaísmos, ambos marcadamente diferentes de los sistemas religiosos que los precedieron. No sólo fueron el judaísmo rabínico y el cristianismo mellizos religiosos, sino que, como Jacob y Esaú, los hijos mellizos de Isaac y Rebeca, lucharon dentro del seno materno, mostrando lo que sucedería en la vida fuera del vientre. Desde el principio, ambos eran similares y diferentes: el cristianismo surgió de los elementos mesiánicos y escatológicos de la religión hebrea, mientras que el judaísmo rabínico, si lo que sostiene Jacob Neusner es correcto,2  surgió en gran parte de los elementos no-mesiánicos, de hecho, de un profundo recelo hacia los mesías y sus "peligrosas promesas". Después de todo, el entusiasmo mesiánico había lanzado a los judíos a una guerra desastrosa con los romanos, que terminó con la destrucción del segundo Templo, centro del mundo judío, de modo que había una buena razón para desconfiar de los movimientos mesiánicos, incluso si los cristianos se habían opuesto a la guerra. Claro que la idea mesiánica no desapareció en el judaísmo post-bíblico, pero comparado con el cristianismo, y quizá como reacción al cristianismo, en general fue marginado. Sin embargo, Martin Buber, un filósofo judío del siglo XX, lo tomó como base de una famosa definición de la tensión existente entre el judaísmo y el cristianismo:
Pre-mesiánicamente, nuestros destinos están divididos. Para el cristiano, el judío es el hombre incomprensiblemente obstinado que rehúsa ver lo que ha ocurrido; y para el judío, el cristiano es el hombre incomprensiblemente atrevido que afirma en un mundo irredento que su redención se ha cumplido. Es éste un abismo que ningún poder humano puede franquear.3 
Para Buber, el judaísmo y el cristianismo eran variaciones sobre el mismo tema: el tema del mesianismo. Volveré sobre este punto.
La segunda razón del carácter especial del encuentro judeo-cristiano es teológica. Los judíos y los cristianos rinden culto al mismo Dios, el Dios del monoteísmo bíblico. Este es un punto simple, pero que no puede enfatizarse con demasiada fuerza. Algunos judíos, especialmente los ortodoxos, han tenido a veces la tentación de considerar al Dios del cristianismo diferente al Dios de Israel, en gran medida por la doctrina de la Trinidad: una doctrina notoriamente complicada, incluso para los cristianos. Pero la doctrina de la Trinidad surgió como un intento de traducir el concepto bíblico del Dios viviente al lenguaje de la metafísica griega. En un determinado momento del segundo siglo, el cristianismo dejó de ser una secta judía y se transformó en una religión universal y crecientemente gentil. Por lo tanto, los Padres de la Iglesia se volvieron hacia los pensadores griegos, padres de la filosofía occidental, para establecer sus principios de trabajo. Ex-paganos más que ex-judíos, comenzaron a escribir la teología cristiana, y las raíces y las fuentes judías de la fe se vieron comprometidas, a veces, seriamente comprometidas. Sin embargo, en la corriente principal del cristianismo, nunca se perdieron. La doctrina de la Trinidad fue al mismo tiempo fuente de clarificación y de confusión. De clarificación, porque permitió que los cristianos pudieran relacionar la Escritura hebrea con la metafísica griega, y de confusión, porque nunca surgió una versión única de la doctrina, y porque probablemente creó tantos problemas como los que solucionó. Pero pese a las diversas formas en que se la interpreta, los cristianos concuerdan en que hay un solo Dios, y cualquier versión de la doctrina que sugiera que los cristianos rinden culto a más de un Dios (triteísmo) es necesariamente falsa.
La tercera razón del carácter especial de la relación entre judíos y cristianos deriva de la segunda. Quienes adoran al Dios del monoteísmo bíblico no sólo comparten las mismas escrituras sagradas, sino también las mismas convicciones éticas. Hablan el mismo lenguaje moral y se sustentan en el mismo ethos moral. Fue el fallecido investigador inglés anglicano James Parker, famoso por sus estudios sobre antisemitismo y autor de varios libros sobre relaciones judeo-cristianas, quien definió al judaísmo como una religión basada en la justicia social, mientras que el cristianismo es una religión basada en la espiritualidad personal. La esencia de ambas religiones es moral, pero el judaísmo se concentra en la ética de la comunidad, mientras que el cristianismo se concentra en la individual. Esta es una gran simplificación, pero tiene el mérito de vincular a judíos y cristianos en una tensión creativa, en la que cada uno puede hacer una contribución distintiva al bienestar moral y espiritual de la sociedad humana. Que mi propio gran maestro, el fallecido teólogo protestante norteamericano Reinhold Niebuhr, pensaba en términos similares, es un hecho bien documentado. Durante sus primeros años como pastor en Detroit, Niebuhr dijo una vez que había sólo dos cristianos en Detroit, ¡y los dos eran judíos! Quiso decir que los judíos parecían haber desarrollado una capacidad mayor que la mayoría de los cristianos para lo que él llamaba "virtud cívica". Eso se debía en parte a su larga experiencia como minoría en el mundo cristiano, y en parte al judaísmo en sí, con su singular "pasión hebraico-profética por la justicia social". El Detroit de la década de 1920 era el feudo personal del poderoso y super-rico industrial Henry Ford, que simulaba ser un gran benefactor del obrero cuando en realidad era lo contrario. De hecho, entre otras cosas, Ford fue uno de los archiantisemitas de su tiempo. El joven Niebuhr, que estaba a cargo de una congregación de clase obrera, encontró sus más fervientes aliados en sus luchas públicas contra Ford por cuestiones sociales, incluyendo un salario justo, entre algunos judíos locales. En su extraordinario ensayo "The Relations of Jews and Christians in Western Civilization", Niebuhr escribió: "...ambas religiones muestran los mismos recursos y están expuestas a los mismos riesgos".4 Son similares y diferentes. El judaísmo tiene una aptitud para la virtud cívica, mientras que el cristianismo, en la vida de sus santos, como Madre Teresa de Calcuta, exalta a menudo lo que Niebuhr llama "la moralidad en enésimo grado" ("Sed perfectos como vuestro Padre en el Cielo es perfecto"). Pero consagrarse a la virtud cívica implica resignar algo y, en ocasiones, sacrificar la idea de moral personal en aras del bien público, mientras que consagrarse a la moralidad en enésimo grado implica sacrificar la idea de responsabilidad social, el "orden y justicia de la comunidad". Es imposible que coexistan los dos caminos. Por lo tanto, de acuerdo con Niebuhr, el judaísmo y el cristianismo se dirigen a los lados opuestos del mismo dilema humano, y de esa forma se complementan profundamente.
La tensión religiosa entre el judaísmo y el cristianismo tiene también otros aspectos. Pese a la pérdida de la independencia judía que siguió a la guerra con Roma, el judaísmo preservó su sentido de pueblo, como nos recuerda Alan Segal, espiritualizando las instituciones nacionales del estado ya desaparecido, especialmente el Templo, mientras que el cristianismo, que entró en la historia como una secta judía, atravesó los límites del judaísmo para convertirse en una religión universal en la que no había ni judío ni griego. Esta diferencia es definitiva y profunda: la Sinagoga y la Iglesia tiraban en direcciones opuestas. Una procuraba mantener sus antiguas fronteras intactas para proteger la santidad de su tradición, y la otra procuraba disolver esas fronteras para crear lo que a los Padres de la Iglesia les gustaba llamar una nueva raza humana. Inevitablemente, la diferencia llevó al conflicto, a veces, a un trágico conflicto, especialmente después de que el cristianismo conquistó el mundo romano en el cuarto siglo de la Era Común, una victoria que tuvo como resultado la transformación del imperio pagano en un estado teocrático cristiano y del dios-emperador pagano en un sacerdote-rey cristiano. Eso produjo un tremendo desequilibrio de poder, y todos conocemos las consecuencias de ese desequilibrio: la otrora perseguida Iglesia se volvió a su vez perseguidora a medida que los cristianos se sumían en lo que más tarde Martín Lutero llamó una "teología de la gloria", identificando su preeminencia social y política con el Reino de Dios en la tierra. Pero en la actualidad, esa preeminencia está empezando a desaparecer, y cada vez se habla más de una sociedad post-cristiana, post-constantiniana, en la que la Iglesia ya no domina, a pesar de que numéricamente muchos países de Occidente siguen siendo todavía en general países cristianos. El desequilibrio del poder está empezando a corregirse, al menos hasta cierto punto, aunque, a causa de la herencia del antisemitismo histórico, los judíos todavía son vulnerables en muchos países occidentales, si no a la persecución del Estado, al resentimiento social y al terrorismo político. No obstante, aun en el caso de que, por milagro, todos los problemas de poder y todas las fuerzas del prejuicio desaparecieran, y judíos y cristianos pudieran convivir como vecinos perfectos, subsistiría siempre la tensión fundamental entre las dos religiones, porque está en la naturaleza de las cosas. Niebuhr hablaba de un choque entre las aspiraciones de virtud cívica y de perfección moral, pero otros se han referido a la tensión judeo-cristiana en términos diferentes, aunque tal vez no incompatibles. Para Jacob Neusner, el judaísmo clásico representa el aspecto conservador de la tensión entre un enfoque esencialmente conservador y otro esencialmente radical de la vida religiosa. (En este caso, por supuesto, uso la expresión "conservador" en su verdadero sentido, como reverencia por la tradición, que no tiene nada que ver con lo que hoy se llama "neoconservador"). El judaísmo de la Mishnah es un judaísmo que valoriza el orden y la estabilidad, un judaísmo que se ocupa de las leyes sagradas y la reglas sagradas establecidas para integrar la vida y salvaguardar la pureza de la tierra y el pueblo, que según la perspectiva de los antiguos rabinos constituía un reino de sacerdotes en medio de un mundo idólatra. Esta es una construcción ideal, pero cuando hablamos de esencias, hablamos en términos ideales. Así, el judaísmo trató de preservarse, resistiendo hasta el martirio todos los intentos de cortar la continuidad de su historia y su testimonio.
Entre los teólogos cristianos contemporáneos, tanto católicos como protestantes, existe una tendencia creciente a ver al cristianismo de un modo absolutamente distinto. El gran teólogo de la primera mitad del siglo XX, Paul Tillich, describió la idea cristiana esencial como el "poder del nuevo ser", o la irrupción en el tiempo y el espacio de una nueva realidad desde más allá del tiempo y el espacio. Curiosamente, este tema fue ratificado por un pensador judío moderno, el filósofo neomarxista alemán Ernst Bloch, que se interesaba en la Utopía. El genio del cristianismo pre-constantiniano surgió y se expresó en su ruptura con los poderes paganos del destino por medio de su apertura a un futuro indeterminado, incipit vita nova, la inauguración de una nueva era. Esto es lo que significa la afirmación de que el mesías ha llegado. Para Bloch, y para su admirador, el teólogo protestante Jürgen Moltmann, la resurrección de Cristo en la fe cristiana no era una imitación de las resurrecciones paganas (los dioses muertos y resucitados de las religiones mistéricas), sino una visión escatológica de una tierra y un cielo nuevos. Correctamente entendida, según Moltmann, la Pascua es un preludio de la recreación del mundo, y el impulso para su recreación.5  Los judíos les recuerdan a los cristianos, con toda razón, el estado irredento del mundo, y su testimonio tiene una validez duradera. Pero los judíos se equivocan cuando sostienen que el estado irredento del mundo es una prueba de que Jesús no era el mesías. Más que un argumento contra la creencia en Jesús como mesías, "la experiencia visible y dolorosa" de la irredención es un imperativo para reconstruir el mundo a imagen del mesías que ha venido. Entre estos dos puntos de vista, el judío y el cristiano, no hay resolución, sino tensión, pero se trata de una tensión creativa: el cristianismo necesita al judaísmo para mantener los pies sobre la tierra, pero los cristianos no pueden resignar su fe en la redención del mundo. De modo que la dialéctica continúa. También esto es, desde luego, una construcción ideal, y obviamente a contramano de gran parte de la historia cristiana. Pero, una vez más estamos hablando en términos ideales.
En la actualidad, los judíos y los cristianos se enfrentan en gran parte a los mismos problemas y los mismos enemigos. Poderosos y peligrosos "ismos" han surgido tanto en Europa como en Norteamérica: el demonio del nacionalismo, la ideología de la nación, que en sus formas extremas lleva a la limpieza étnica; el demonio del racismo, primo hermano del nacionalismo, que tiene mil caras, y que, a pesar de todas las lecciones del siglo XX, todavía está muy extendido en nuestra sociedad. La así llamada Iglesia de las Naciones Arias, que no es una Iglesia sino una pandilla infame, podrá ser pequeña en tamaño, pero es un peligroso síntoma de nuestros tiempos. El demonio del antisemitismo sigue amenazando a los judíos, pero los cristianos se engañan si creen que los antisemitas del mundo no son también sus enemigos. A veces esos demonios se apoderan para su uso propio del lenguaje de la Escritura y lo que solía llamarse la tradición judeocristiana, hablando en nombre del Dios del monoteísmo bíblico, cuando en realidad están al servicio de las deidades de la nación y la raza. Pero más allá de la lucha contra esos enemigos, un grado cada vez mayor de confusión moral en la vida cotidiana a medida que nuestra sociedad se fue volviendo más compleja, hizo urgente que judíos y cristianos trabajen juntos, y con otras comunidades religiosas, por el interés del bien común. Todos conocemos las cuestiones de la riqueza y la pobreza, la ley y la justicia, el lucro y el empleo, la educación como privilegio y la educación como derecho, las políticas públicas y los servicios médicos. La resolución de esos problemas no debería dejarse sólo en manos de aquellos que han dejado de creer en la antigua sabiduría de los grandes textos de nuestras dos religiones: el judaísmo y el cristianismo todavía tienen algo para decir.

Visita del Beato Juan Pablo II  a una Sinagoga Judía

RECUPERACIÓN DE NOTA 1 - GRADO 11°- CIENCIAS SOCIALES - SEGUNDO PERÍODO

jueves, 5 de mayo de 2011

Recuperación del trabajo de las causas de la primera guerra mundial.

1. Enviar un mapa conceptual acerca de las causas de la primera guerra mundial al correo: profcastro2011@hotmail.com. Con su nombre e identificación.

2. Construya un comentario que apunte a explicar cada una de las causas de la primera guerra mundial. Por escrito en una hoja de blok.

GRADOS : 8° A Y B° - LOS BIOMAS - PROFUNDIZACIÓN / SEGUNDO PERÍODO

CLASIFICACIÓN DE LOS BIOMAS


 Aunque el concepto de bioma está ligado, desde que surgió, a los grandes paisajes vegetales y a las distintas zonas climáticas que se extienden por los continentes, hoy en día muchos ecólogos consideran también biomas a los diferentes medios ambientes marinos (mar abierto, región litoral, fondos marinos, estuarios,..). Desde este punto de vista los biomas se podrían considerar como las mayores regiones o unidades ecológicas en que podemos dividir la biosfera (capa superficial de la Tierra donde se desarrolla la vida) y habría dos grandes grupos de biomas, los terrestres y los marinos. En otras clasificaciones también se consideran biomas a los ecosistemas de las aguas continentales (lagos, ríos, humedales,..), aunque normalmente estas comunidades de agua dulce se consideran incluidas en los biomas terrestres. Otros autores, sin embargo, sólo consideran biomas a los biomas terrestres, por lo que todavía es habitual encontrar la denominación “biomas” para referirse solamente a los biomas terrestres.





Ya habíamos comentado, en la introducción , que existen diversas clasificaciones de los biomas terrestres, las cuales difieren tanto, en el número de biomas reconocidos a nivel mundial, como en sus límites, e incluso en el nombre que reciben. Pero todas las clasificaciones se basan en la estructura de la vegetación, y sus nombres proceden del tipo de vegetación dominante.

Es evidente que las plantas son los organismos que dominan físicamente por su gran biomasa la mayoría de los ecosistemas terrestres y constituyen su rasgo externo más evidente y fácil de caracterizar a simple vista. Ellas son las que forman la estructura de las comunidades terrestres, determinan el hábitat de numerosos organismos y son la base del flujo de energía del ecosistema.



La estructura de la vegetación, que es la que va a caracterizar los biomas, es el modo en que las plantas ocupan y se organizan en el espacio. Viene determinada principalmente por las distintas formas de crecimiento de las plantas (árboles, arbustos, matas, herbáceas perennes o anuales, bulbosas,..); por su estratificación en capas de distintas alturas (puede presentar desde un solo estrato como en las praderas, con su estrato de herbáceas, hasta varios como ocurre en los bosques, con distintos estratos de árboles,  arbustos y hierbas); y por su cobertura que viene determinada por el mayor o menor espaciamiento de las plantas en los distintos estratos (así en las sabanas las hierbas cubren todo el suelo y los árboles están espaciados, mientras que en los bosques el estrato arbóreo cubre casi todo el suelo y las hierbas se encuentran dispersas). También son fundamentales las características de las hojas (anchas, acintadas, aciculares, espinosas,..) muy ligadas a las formas de crecimiento, a la luminosidad y a las condiciones climáticas, y los fenómenos estacionales (caida de las hojas, épocas de floración y fructificación,..), pues las estaciones modifican el funcionamiento y estructura de todas las comunidades vegetales, incluso de las tropicales, donde los fenómenos estacionales son menos acusados.  



Estas características de la estructura (forma de crecimiento, estratificación, cobertura, características foliares, estacionalidad) son las que nos van a dar la fisonomía,  o apariencia externa, de la vegetación. Este es un término muy ligado a la estructura y que muchas veces se utiliza al describir la vegetación. En base a la fisonomía de la vegetación se definieron las grandes formaciones vegetales o tipos de vegetación a nivel mundial.

 


Una característica de la vegetación de la Tierra es que existen regiones muy distantes, incluso en continentes distintos, que presentan la misma apariencia o fisonomía vegetal, aunque la vegetación esté compuesta por especies, e incluso familias, de plantas distintas y con una historia evolutiva diferente. Esto ocurre porque las formas de crecimiento de las plantas son un reflejo de las condiciones ambientales. Cuando estas son similares el tipo de vegetación es semejante. Una de las grandes ventajas del concepto de formación vegetal es que permite identificar zonas equivalentes ecológicamente en áreas muy distantes.

 


Las condiciones ambientales que más influyen en la fisonomía de la vegetación son las climáticas (ya comentamos en la introducción la importancia del clima en la distribución de los biomas). En primer lugar la precipitación, que va a  determinar el agua disponible para las plantas, y ya sabemos todos lo importante que es el agua para su supervivencia. En realidad la que va a determinar el desarrollo de la vegetación es el agua disponible en el suelo, aunque hay algunas como las epífitas (gran cantidad de especies en climas tropicales) que dependen directamente del agua de lluvia y muchas otras para las que es muy importante la humedad ambiental además de la edáfica. En segundo lugar las temperaturas, que influyen en muchos fenómenos vitales, y que van a determinar con sus variaciones estacionales las épocas de crecimiento de las plantas, e incluso impedir, en el caso de que sean muy frías, ciertos tipos de formas de crecimiento (ausencia de árboles en las zonas más altas de las montañas y en la tundra polar). Las temperaturas altas no impiden el crecimiento vegetal si existe suficiente agua, por lo que en las zonas muy cálidas y secas sí se desarrolla la vegetación arbórea si existe agua subterránea (oasis, riberas,..).


Bosque de clima templado

El motivo de la caída de las hojas que sufren muchos árboles y arbustos (caducifolios) durante ciertas estaciones del año, y que tanta importancia tiene en la fisonomía y en la estructura de la vegetación, tiene diversas causas. Al ser las hojas por donde se produce la mayor pérdida de agua de la planta, cuando hay déficit de agua las hojas pueden ser perjudiciales. En el caso de los climas tropicales la pérdida de la hoja se produce en la estación seca y está relacionada directamente con la falta de agua. En el caso de los climas fríos y templados la caída de las hojas durante el invierno parece ser debida a una combinación de bajas temperaturas (daño en las hojas por heladas) y bajos niveles de luminosidad (insuficiente fotosíntesis) por la escasa duración del día, aunque también puede existir escasez de agua (agua del suelo congelada), sobre todo en los climas más fríos.


Distribución mundial de los bosques de clima templado

Conforme van variando las condiciones climáticas las distintas formaciones vegetales se van modificando. Cuando son más desfavorables (más frio o más sequía)  van cambiando las formas de crecimiento y la estructura de la vegetación, disminuyendo la altura de las plantas dominantes (los árboles son más escasos) y el porcentaje de suelo cubierto (las plantas se encuentran más espaciadas). Debido a que estas variaciones climáticas no se producen bruscamente las formaciones vegetales, y por lo tanto los biomas, suelen tener límites difusos, con zonas de transición entre unos y otros más o menos extensas.


Bosque Mediterráneo


Bosques Mediterráneos: Mapa de Distribución Mundial

Si clasificamos  los biomas según los grandes tipos de crecimiento de la vegetación tendríamos cuatro grandes grupos de biomas:

Bosques: Dominan las formaciones arbóreas cerradas,  y se desarrollan cuando existe suficiente agua en el suelo y el frío no es excesivo. Aparecen bajo una amplia gama de climas, tanto fríos (taiga), como templados (bosque caducifolio templado y bosque  mediterráneo) y tropicales (selva tropical).

Praderas: Dominan las formaciones herbáceas, y se desarrollan cuando existe una moderada escasez de agua en el suelo. Aparecen en climas templados (praderas) y tropicales (sabana).

Desiertos: Dominan las formaciones muy abiertas de herbáceas y arbustos dispersos, con baja cobertura del suelo, y se desarrollan cuando existe gran escasez de agua. Aparecen en climas secos, tanto cálidos como fríos.

Tundra: Dominan las formaciones herbáceas y arbustos de baja talla, y se desarrollan cuando no existe suficiente calor para el crecimiento de los árboles. Sólo aparece en climas muy fríos.


Estepas y praderas de clima templado

Nosotros en vez de por su forma de crecimiento vamos a agrupar a los biomas según el  tipo de clima en el que se desarrollan, y en ese orden, que es el de su distribución latitudinal, los iremos viendo:


Estepas y praderas de clima templado: Mapa de Distribución Mundial

Climas Fríos: Tundra y Taiga

Climas Templados: Bosque templado caducifolio, Praderas y Bosque mediterráneo

Climas Aridos: Desierto

Climas Tropicales: Sabana y Selva Tropical


Bosque tropical

Hay por supuesto otras clasificaciones, unas con mayor y otras con menor número de biomas. También es corriente encontrar denominaciones distintas para los mismos biomas (cuando veamos los distintos biomas veremos los diferentes nombres que pueden recibir). En los siguientes enlaces podemos ver distintas clasificaciones y mapas de distribución: blueplanet biomes, world`s biomes, wikipedia, biomas terrestres, RU biomes.


Bosques Tropicales: Mapa de Distribución Mundial

Incluidos en estos biomas se encuentran las grandes extensiones de terrenos cultivados por el hombre (los espacios agrarios dedicados a la obtención de cosechas o a la ganadería ocupan casi un 30 % de la superficie terrestre). Algunos autores consideran a estos agrosistemas  como un bioma más, pero otros van aún más lejos y proponen un nuevo concepto y una nueva clasificación de los biomas terrestres con un enfoque radicalmente distinto. Debemos tener en cuenta que las zonas modificadas, en mayor o menor grado, por las actividades humanas (urbanización, cultivos, forestación, fuegos, industrias,..) son bastante más extensas que las ocupadas por los agrosistemas, y pueden haber alcanzado ya el 75 % de la superficie terrestre  (excluyendo Groenlandia y la Antartida cubiertas de hielo). Esta nueva clasificación es la de los Biomas Antropogénicos o Antromas que dividen el planeta no en grandes regiones según su clima y vegetación, como los biomas convencionales, sino en regiones con distintos usos del territorio y distinta intensidad de la alteración. Puede que dentro de unos años estos sean los biomas que sustituyan a los que vamos a ver nosotros.


Sabanas



Sabanas: DistribuciónmMundial de sabanas y pastos subtropicales


Desiertos


GRADO 11° A - ÉTICA Y VALORES - SEGUNDO PERÍODO

viernes, 29 de abril de 2011

 

 

LOS VALORES ETICOS FUNDAMENTALES

Los valores éticos son estructuras de nuestro pensamiento que mantenemos preconfiguaradas en nuestro cerebro como especie humana de cara a nuestra supervivencia. Los valores éticos son medios adecuados para conseguir nuestras finalidad. Al hablar de valores es importante diferenciar entre los valores que podemos llamar finales y los valores de tipo instrumental.
Los valores instrumentales son modos de conductas adecuados o necesarios para llegar a conseguir nuestras finalidades o valores existenciales.
Estudios realizados por Rockeach demuestran, que mientras el número de valores finales que las personas dicen usualmente poseer no son mucho más de una decena, el número de valores instrumentales es más elevado, aunque no llega al centenar. No necesariamente debe existir una correspondencia puntual entre los valores finales e instrumentales. Además, para la obtención de un determinado valor final, puede ser necesario un determinado conjunto de varios valores instrumentales. Debemos tener en cuenta que cuando un valor meramente instrumental se le atribuye un valor extraordinario, pasa a ser percibido como final por su poseedor. Lo que tienen más propio los valores éticos (o, si queremos, los valores morales) es el imperativo de acción que comportan, es decir, son unos valores que se nos imponen como pautas de nuestra acción. Los valores éticos, pueden no coincidir con nuestros deseos, pero sentimos que debemos intentar realizarlos si no queremos perder categoría como personas que somos.
Lo que tienen más propio los valores éticos (o, si queremos, los valores morales) es el imperativo de acción que comportan, es decir, son unos valores que se nos imponen como pautas de nuestra acción. Los valores éticos, pueden no coincidir con nuestros deseos, pero sentimos que debemos intentar realizarlos si no queremos perder categoría como personas que somos. Nadie está obligado a ser una persona bella, ágil o simpática, pero toda persona está moralmente obligada a ser justa. Los valores éticos, a diferencia de los que no lo son, dependen de la libertad humana: una persona puede no ser justa, negando la exigencia universal de justicia. Y porque dependen de la libertad, los valores éticos sólo pueden atribuirse a las personas, no a las cosas: un paisaje puede ser bello pero no justo, unas deportivas pueden ser cómodos pero no buenas en sentido moral. Valores éticos: implican un deber hacer. Todos los valores comportan un deber ser: es deseable ser alegre, ser enérgico, ser útil, … Pero los valores éticos, además de éste deber ser implican uno deber hacer, son una prescripción o norma que tenemos que cumplir.
Justicia. Históricamente ha recibido muchas formulaciones, siendo la más clásica la de Ulpiano, al decir que la justicia consiste en “dar a cada uno lo suyo”. Las tradiciones liberal y social que confluyen en la Declaración Universal de los Derechos Humanos acabarán reconociendo que la justicia consiste en “dar a cada uno las condiciones para vivir en libertad y en igualdad”. En realidad la justicia es un valor que articula los restantes: el respeto a la libertad y su potenciación, el fomento de la igualdad, la realización de la solidaridad, el respeto a las diversas formas de vida, la toma de decisiones comunes a través del diálogo de manera responsable. Cuando se da todo eso, entonces se da la justicia.
Verdad. El significado empírico de la verdad: puesto de manifiesto por el amplio y rápido desarrollo de las ciencias positivas. Aquí la verdad coincide con la verificabilidad; es verdad lo que es comprobable y cuantificable, pero en la superación de todo monismo positivista. La veracidad es /virtud moral. Como tal es actitud de toda la persona: disposición de la libertad, que yo soy, a la verdad. Y es virtud social, que abre a los demás, cualificando y promoviendo las relaciones. La veracidad es virtud de fidelidad: fidelidad a la verdad y en la verdad.
El hombre y la verdad El hombre se mide por la verdad y es medido por ella. Este ser, que es centro y señor del universo, no está por encima de todo, no es dueño y árbitro de una existencia carente de significado. Él está por debajo de la verdad, de la cual todo el ser y el existir recibe sentido y valor. La verdad hace la vida: la funda, la dirige, la finaliza. El hombre la busca y la acoge como promesa de libertad y creatividad.
Libertad. Un valor que todos reconocemos, pero que pocos sabemos defender, o del cual podemos abusar.
La libertad es un derecho natural de la persona, sin importar la edad, sexo o cualquier otra diferencia de cualquier índole. Gracias a la libertad podemos realizar aspiraciones: un mejor nivel de vida, formar a los hijos para que aprendan a tomar mejores descisiones, buscar un lugar adecuado para vivir, participar de manera activa en beneficio de la sociedad, llevar una vida congruente con la moral y la ética en todo el quehacer profesional, buscar una educación de calidad… pero estos son los efectos de la libertad, no la libertad misma.
La libertad puede entenderse como la capacidad de elegir entre el bien y el mal responsablemente. Esta responsabilidad implica conocer lo bueno o malo de las cosas y proceder de acuerdo con nuestra conciencia, de otra manera, se reduce el concepto a una mera expresión de un impulso o del instinto
La libertad y la ética Desde un punto de vista ético la libertad humana se puede definir como la “autodeterminación axiológica.” Esto significa que una persona libre se convierte, por ese mismo hecho, en el verdadero autor de su conducta, pues él mismo la determina en función de los valores que previamente ha asimilado. Cuando no se da la libertad –o se da en forma disminuida– entonces el sujeto actúa impedido por otros factores, circunstancias y personas, de modo que ya no puede decirse que es el verdadero autor de su propia conducta. De acuerdo con esto se dice que la condición previa de la libertad en un individuo es la captación y asimilación de los valores. En la medida en que un individuo amplía su horizonte axiológico podrá ampliar paralelamente el campo de su propia libertad. Y en la medida en que una persona permanezca ciega a ciertos valores, se puede decir que posee una limitación en su libertad.
Responsabilidad. La humanidad ha realizado enormes avances tecnológicos, pero la propia tecnología ha generado nuevos problemas y desafíos. La responsabilidad hace referencia al hecho de que se le pidan cuentas a una persona por las consecuencias negativas de algo que ha realizado o dejado de realizar, o se le reconozcan las consecuencias positivas. La responsabilidad, como valor ético, tiene que ver con las consecuencias justas o injustas. Cuando atribuimos a una persona responsabilidad ética pensamos que la persona puede controlar su comportamiento a través de cuatro capacidades: a. Libertad de elección, es decir, capacidad de preferir una acción frente a otras posibles. b. Reflexión, que consiste en la capacidad de valorar racionalmente los motivos de su acción. c. Anticipación, que es la capacidad de considerar las consecuencias previsibles de la acción. d. Sentido de la justicia, esto es, la capacidad para distinguir lo justo de lo injusto. Cuanto mayor es el poder que una persona tiene, mayor es también su responsabilidad.
Pluralidad de valores éticos.
Los valores éticos se clasifican según diferentes puntos de vista. Considerando el nivel de mayor o menor incidencia social, hablamos de valores éticos públicos o cívicos y de valores éticos privados o personales. Justicia y bien son los valores fundamentales o básicos; todos los otros valores éticos no son sino concreciones de éstos.
                                          Valores éticos           
         Públicos o cívicos
Privados o personales
                                          Justicia / Bien
Igualdad
Amistad
Libertad
Autenticidad
Solidaridad
Felicidad
Tolerancia o respeto activo
Placer
Respeto a la naturaleza
Ternura
Disposición al diálogo
Creatividad
Paz
Profesionalidad
·        La Justicia: es cuando decimos que se da cuando se respetan los derechos y la dignidad de las personas.
·        La Solidaridad: proviene de la palabra latina “solidus” y hace referencia a la vinculación deseable entre personas.
·        La igualdad: es difícil afirmarla legalmente ha sido una dificultosa conquista humana.
·        La Felicidad: Estado ideal al que todo el mundo aspira pero a menudo se entiende de manera diferente.
·        La Paz: Paradójicamente, dijese que se prepara la guerra para conseguirla; es también la ausencia de disensiones, conflictos u hostilidades.
·        La Amistad: Es una profunda vinculación con otros que lleva a compartir.
·        La Tolerancia: Implica respetar las convicciones de los otros y no impedir su ejercicio.
·        La Libertad: Su ejercicio implica romper vínculos y dependencias.
·        La Bondad: Es propio de la persona que tiende al bien. 

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GRADOS : 10° A Y B - EDUCACIÓN RELIGIOSA - SEGUNDO PERÍODO

jueves, 28 de abril de 2011







FUNDAMENTOS DEL JUDAISMO

Estos son algunos de los principios sobre los que se basa la religión judía, o que la caracterizan.
  • El judaísmo se basa en el Tanaj (lo que los cristianos llaman Antiguo Testamento), compendio de 24 libros que cuenta la historia del hombre y de los judíos, desde la Creación hasta la construcción del Segundo Templo, e incluye también preceptos religiosos, morales y jurídicos; filosofía, profecías y poesía, entre otros. Sus cinco primeros libros, en conjunto conocidos con el nombre de "la Torá" o "Pentateuco", son considerados escritos por inspiración divina y, por ende, sagrados, y su lectura pública en la sinagoga los días lunes, jueves y sábados forma parte fundamental del culto judío, lo que le ha valido al pueblo judío el nombre de «Pueblo del Libro».
  • La Torá es la fuente primera de los siete preceptos morales básicos que obligan a todo ser humano como tal («Los siete preceptos de los hijos de Noé»; Génesis 9:1-7), y de los 613 preceptos religiosos que obligan a los judíos (613 mitzvot): 365 que imponen abstenerse de acción —uno por cada día del año— y 248 preceptos que obligan positivamente a hacer —uno por cada órgano del cuerpo—. Los preceptos bíblicos son comentados, explicados, ampliados e implementados por las diferentes exégesis que plasmaron por escrito las tradiciones orales: la Mishná y el conjunto en el que ésta está incluida: el Talmud.
  • Los preceptos jurídicos, éticos, morales y religiosos que emanan de la Torá, y que junto a su explicación de la Mishná conforman el corpus jurídico principal del judaísmo, el Talmud, son conocidos como la ley judía o Halajá (הֲלָכָה, "camino"), cuya fuente compilativa principal y reconocida por los judíos de todo el mundo —amén de una riquísima y amplia literatura halájica a lo largo de los siglos— es el libro medieval "Shulján Aruj" (שֻׂלְחָן עָרוּךְ, "la mesa servida"). Los mandamientos de la Halajá comandan el ciclo íntegro de la vida judía observante, desde la circuncisión al nacer (Génesis 17:10), pasando por la alimentación (la Cashrut, כַּשְׁרוּת, Levítico 11:1-47), la vida íntima (Levítico 12:1-8), la vestimenta (Levítico 19:19), y así todos los hitos principales de la vida del hombre, hasta su muerte.
  • La plegaria más solemne de la religión judía, que plasma la esencia misma de la creencia monoteísta, aparece en el quinto y último libro de la Torá: "Oye, Israel, el señor es nuestro Dios, el señor es Uno" (שְׁמַע יִשְׂרָאֵל, ה' אֱלֹהֵינוּ, ה' אֶחָד; Shemá Israel, Adonai Eloheinu, Adonai Ejad Deuteronomio 6:4). Los creyentes la recitan dos veces por día, en las oraciones matutinas (שַׂחֲרִית, Shajarit) y de la noche (עַרְבִית, Arvit).
  • El símbolo judío de nuestros días por excelencia es la estrella de David (מָגֶן דָוִד, Maguén David, "escudo de David", véase en la plantilla de arriba), llamado así por la creencia de que el rey David lo adoptó como símbolo de armas en su escudo de guerra y en el de sus soldados, aunque aparece con su significado actual muchísimo más tarde, hacia la Edad Media. El símbolo conocido más antiguo del judaísmo es el candelabro ritual de siete brazos (מְנוֹרָה, la Menorá), emplazado antiguamente en el Tabernáculo (Éxodo 25:31-40) y luego en el primer (1Reyes 7:49) y segundo Templo de Jerusalén.
  • La vida judía se rige por un calendario basado en la combinación del ciclo mensual lunar y del año solar, cuyos orígenes se remontan a tiempos bíblicos, y por el cual se rigen las festividades y ritos de la religión hasta el día de hoy.

Kipá (solideo tradicional judío) y Menorá (candelabro ritual de siete brazos), dos de los más conocidos símbolos de la tradición judía.
  • La festividad judía más venerada es el Shabat (del hebreo שַׂבָּת, sábado, "reposo, cese de actividad", Génesis 2:2-3), considerado sagrado y superado, en solemnidad, sólo por el Día del Perdón o Yom Kipur, precisamente llamado también "Sábado de sábados". Su relevancia en la vida judía es tal que está incluido entre los Diez Mandamientos, que se estiman palabra divina (Éxodo 20:8-11, Deuteronomio 5:12-15).
  • El liderazgo de la comunidad judía tradicional está en manos del rabino, persona culta y docta en la Halajá que conduce a sus acólitos no sólo en lo espiritual y religioso, celebrando el culto judío, sus festividades y celebraciones, sino que se gana el respeto de su grey como autoridad moral y líder comunitario, brindando consejo, solucionando problemas y dirimiendo todos los conflictos que pudiesen suscitarse entre sus miembros.
  • El culto judío se celebra en el templo o sinagoga, que sirve asimismo de lugar de reunión y encuentro comunitario, para cuyo fin el rezo en público requiere de un mínimo de diez varones. La sinagoga sustituye en tal función al Templo de Jerusalén, destruido en el año 70 y lugar único de oración y peregrinación hasta su desaparición física. Del mismo modo, los sacrificios rituales que allí se efectuaban fueron reemplazados por sendas plegarias, que el judío piadoso eleva tres veces al día: al alba (שַׂחֲרִית, Shajarit), por la tarde (מִנְחָה, Minjá) y al anochecer (עַרְבִית, Arvit). En días festivos se agrega una cuarta a media mañana (מוּסָף, Musaf), y sólo en Yom Kipur se cierra la celebración con una quinta plegaria (נְעִילָה, Ne'ilá).
  • La religión y el pueblo judío consagraron desde siempre a la tierra de Israel, la tierra sagrada, como uno de sus ejes principales, ya desde sus mismos albores (Génesis 12:7), convirtiéndose ésta en parte integral de la idiosincrasia judía: el mundo se divide entre la Tierra Santa y todo el resto, llamado diáspora. Así, las sinagogas de todo el mundo se construyen de cara a Israel; los rezos y festividades concuerdan con su clima y sus estaciones; gran parte de los preceptos pueden cumplirse sólo al pisar su suelo, por nombrar algunos pocos. Dentro de la tierra de Israel ocupa Jerusalén un lugar único en la devoción judía, y dentro de la ciudad los restos del Templo de Salomón, el llamado "Muro de los Lamentos", es considerado el más sagrado de los sitios. Comparten con Jerusalén su condición de santidad, en menor medida, también las ciudades de Hebrón, Safed y Tiberíades.
  • El pueblo judío se identificó desde un principio con la lengua hebrea, considerada "lengua sagrada" (לְשׁוֹן הַקּׁדֶשׁ, leshón hakódesh), en la que están escritas la Torá y la mayor parte de la literatura judía. Relegada a condición de lengua muerta durante siglos, reservada a la oración, a la literatura y a los textos jurídicos y teológicos, fue recuperada como lengua hablada y modernizada con el resurgir del sionismo y adoptada como lengua oficial del Estado de Israel.
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http://www.youtube.com/watch?v=4Woe_GggCgk

GRADOS : 9° A Y B - EDUCACIÓN RELIGIOSA - SEGUNDO PERÍODO










EL JUDAISMO

El término judaísmo se refiere a la religión o creencias, la tradición y la cultura del pueblo judío. Es la más antigua de las tres religiones monoteístas más difundidas (junto con el cristianismo y el islam), conocidas también como «religiones del libro» o «abrahámicas», y la menor de ellas en número de fieles. Del judaísmo se desglosaron, históricamente, las otras dos.
Aunque no existe un cuerpo único que sistematice y fije el contenido dogmático del judaísmo, su práctica se basa en las enseñanzas de la Torá, también llamada Pentateuco, compuesto, como su nombre lo indica, por cinco libros. La Torá o el Pentateuco, a su vez, es uno de los tres libros que conforman el Tanaj (o Antiguo Testamento, según el cristianismo), a los que se atribuye inspiración divina.
Juega también un papel importante en la práctica religiosa la tradición oral que, según las creencias, fue entregada a Moisés junto con la Torá y conservada desde su época y la de los profetas. La tradición oral rige la interpretación del texto bíblico; la codificación y comentario. Esta tradición oral fue transcrita, dando nacimiento a la Mishná, que posteriormente sería la base del Talmud y de un enorme cuerpo exegético, que se desarrolla hasta el día de hoy por los estudiosos. El compendio de la leyes extraídas de estos textos forma la denominada Ley Judía o Halajá.
El rasgo principal de la fe judía es la creencia en un Dios omnisciente, omnipotente y providente, que habría creado el universo y elegido al pueblo judío para revelarle la ley contenida en los Diez Mandamientos y las prescripciones rituales de los libros tercero y cuarto de la Torá. Consecuentemente, las normas derivadas de tales textos y de la tradición oral constituyen la guía de vida de los judíos, aunque la observancia de las mismas varía mucho de unos grupos a otros.
Otra de las características del judaísmo, que lo diferencia de las otras religiones monoteístas, radica en que se considera no sólo como una religión, sino también como una tradición y una cultura. Las otras religiones trascienden varias naciones y culturas, mientras que el judaísmo se considera la religión y la cultura de un pueblo específico. El judaísmo no exige de los no judíos unirse al pueblo judío ni adoptar su religión. La religión, la cultura y el pueblo judío pueden considerarse conceptos separados, pero están estrechamente interrelacionados. La tradición y la cultura judía son muy diversas y heterogéneas, ya que se desarrollaron de modos distintos en las diferentes comunidades, y cada comunidad local incorporó elementos culturales de los distintos países en los que vivieron los judíos a partir de la dispersión.


¿Hebreos, judíos, israelitas?

La tradición se remonta a Abraham, llamado el primer hebreo (del hebreo עִבְרִי, ivrí: "el que viene del otro lado"), por haber venido a la tierra de Canaán desde Mesopotamia, siguiendo el llamado de Dios (Génesis 12:1), hace unos 4000 años. Abraham es considerado patriarca por los tres principales credos monoteístas, y de aquí que éstos sean conocidos también con el nombre de religiones abrahámicas.
Los judíos son llamados en la Biblia "hijos de Israel" (Éxodo 1:1,7; nótese la extensión en el significado entre el versículo 1 y el 7), y de aquí serán llamados, más adelante, "el pueblo de Israel" o israelitas. El nombre de Israel le fue otorgado al patriarca Jacob, nieto de Abraham, por el ángel con el que se trabó en lucha, quien al bendecirlo lo llamó Israel (יִשְׂרָאֵל, del hebreo "uno que ha luchado con Dios", Génesis 32:24-28). El nombre judío aparece sólo con posterioridad (Ester 2:5) y proviene del reino de Judá (del hebreo יְהוּדָה, Yehudá, hijo de Jacob), formado por dos de las doce tribus del pueblo de Israel, y las únicas remanentes luego de la escisión entre este reino y el de Israel, y la destrucción del último y posterior exilio de las diez tribus que lo formaban a manos de Asiria, en el año 722 a. C.: "Yahvé", por tanto, se airó en gran manera contra Israel, y los quitó de delante de su rostro; y no quedó sino sólo la tribu de Judá".(2Reyes 17:18)

¿Quién es judío?

La identidad judía no depende en primer lugar de la aceptación de creencias o del seguimiento de un modelo de vida determinado. Existen dos versiones sobre quiénes conforman la religión judía.
En primer lugar, el judaísmo ortodoxo defiende que la Ley judía (halajá) establece que aquel que ha nacido de madre judía, o ha realizado un proceso de conversión (guiur) conducido por un rabino, comunidad judía (sinagoga) y finalizado ante un beit din (tribunal rabínico) ortodoxos, es judío por definición.
En segundo lugar, el judaísmo conservador defiende los mismos puntos, con la particularidad de que los procesos de conversión aceptados son los realizados por la ortodoxia (proceso anteriormente citado) o por los beit din propios del judaísmo conservador.
En tercer lugar, los reformistas creen que son judíos aquellas personas que han «nacido de madre o padre judíos» o se han convertido ante un beit din ortodoxo, conservador o ante un rabino reformista (cabe mencionar que cada rabino reformista tiene libertad para decidir cuando un prosélito pasa a ser judío). A este punto cabe añadir que los rabinos reformistas que habitaban en América establecieron que los hijos de padre judío podían ser considerados como tales si recibían algún tipo de educación judía. Esto se debe a que un 57 por ciento de los hombres judíos decidían casarse fuera del grupo de mujeres judías.
Por lo tanto, ser judío es una cuestión de descendencia física y/o espiritual (descendientes espiritualmente de los patriarcas Abraham, Itzhak y Yacoov). Según la halajá, una persona judía puede ser cristiana o musulmana, sin perder su condición formal de judío pero perdiendo los derechos religiosos y comunitarios (por ejemplo, el derecho a la sepultura en un cementerio judío).
A pesar de todo esto, convertirse al judaísmo es posible, pues en el Talmud se menciona:
Los rabinos dicen: Si alguien llega y quiere ser un converso, ellos le dicen: "¿Por qué quieres ser un converso? ¿Acaso no sabes que los judíos están hostigados, acosados, perseguidos y acorralados, y que numerosos problemas los aquejan?" Si contesta: "Lo sé, y no soy digno", entonces lo reciben sin que sea necesario argumentar nada más.
Sin embargo, en la práctica será una tarea ardua y compleja. Hubo una época en la que la Iglesia cristiana consideró una grave ofensa la conversión de sus fieles al judaísmo; no obstante, no es ninguna ventaja, ya que la Torá debe ser seguida por toda la comunidad. Por tanto, se defendían con que no hay ningún tipo de provecho al convertirse al judaísmo ni motivo para fomentar la conversión.
Este punto es uno de los que más diferencia al judaísmo del cristianismo o del islam, pues a estas dos últimas religiones monoteístas puede pertenecer cualquiera que profese y respete sus creencias.